NIÑEZ

Duermo en cada instante de la noche

apagada
por sonrisas recónditas en ninguna parte.


Miro a lo lejos y el lirio blanco de mi niñez mantiene firme sus raíces al suelo,
llega el temperamento de la noche y lo agita, me agita, con ímpetu y crueldad.
Pierde sus pétalos.
Prefiere desflorarse a arrancarse de la tierra.
Yo no soy como el lirio:


duermo en cada instante que las manos de la muerte han palpado
y no despierto.

5 respuestas a “NIÑEZ

Deja un comentario